Francisco Guerrero Marín, compositor de música, profesor y académico. Nació en Linares (Jaén) en 1951 y murió de forma repentina en Madrid en 1997 a los 46 años de edad.
Pese a su muerte prematura está considerado uno de los mejores compositores españoles del siglo XX. Es autor de obras sinfónicas, corales, electrónicas y de cámara, en muchas de las cuales, aplicó los fractales y la combinatoria entre otros procedimientos matemáticos.
Familia
Su padre. Francisco Guerrero Morales, era músico de amplia formación porque tocaba el piano, el violín y el violonchelo. Compaginaba sus tareas de profesor de música y organista en la iglesia granadina de San Juan de Dios con la compra de viejos pianos que reparaba para luego venderlos.
Formación
Tras enseñarle su padre nociones de solfeo y piano, recibió formación musical del organista de la catedral de Granada Juan Alfonso García, allí adquirió conocimientos de contrapunto y armonía y a “sentirse músico”. Años más tarde fue becado por la Fundación Juan March.
Docencia
Francisco Guerrero desempeñó la docencia, durante muchos años, en una academia particular, que fue fundamental para varias generaciones de brillantes compositores que tuvo como alumnos, donde destacan, Adolfo Núñez, Alberto Posadas y Alfonso Casanova.
En 1989, dirigió el curso de análisis y composición en el 5º Festival Internacional de Música Contemporánea de Alicante.
Inicios artísticos
En 1969 se trasladó a Madrid para trabajar en el laboratorio ALEA con Luis de Pablo, quien marcaría sus primeras influencias musicales:
Desde sus comienzos fue reconocido como compositor de gran talento, de aquellos inicios son composiciones como Facturas (1969), con la que obtuvo el Premio de Composición Manuel de Falla.
Estilo
Guerrero se centró en la búsqueda del control sonoro por medio de procedimientos derivados de las matemáticas; en este caso, la combinatoria.
Sus creaciones tuvieron gran proyección en el extranjero y ya revelaron una personalidad musical autónoma:
Concierto de cámara(1977),
Anemos C (1978),
Zayin I (1983)
Ariadna (1984)
El último periodo compositivo de Guerrero, iniciado en 1990, estuvo marcado por los fractales.
De la aplicación de modelos fractales a la música surgieron composiciones como:
Sahara (1991),
Oleada (1993),
Zayines III al VII,
Coma Berenices (1997)…,
Todas ellas obras fundamentales en su catálogo y legado final del compositor. En 1997 los proyectos de una ópera, La Papisa Juana, se vieron truncados de manera abrupta por la muerte prematura del músico.
Relevancia
En 1973 representó a España en la Tribuna Internacional de Compositores de la UNESCO, participando el mismo año en la Bienal de París.
Representó igualmente a España en el Prix Italia y fue seleccionado para el premio Gaudeamus de Composición con su obra Ecce Opus, que fue estrenada en 1976 en el Festival de Royan.
Compuso también música para cine: Las bicicletas son para el verano, Bearn, El año de las luces, etc
Premios
Fue finalista y más tarde ganador del Arpa de Oro en el Concurso de Composición de Música de Cámara de la Confederación Española de Cajas de Ahorro, con cuya obra Actus quedó en cuarto puesto en la Tribuna de la UNESCO.
Otras actividades
Fue colaborador de la actividades de Laboratorio ALEA y de Radio Nacional de España donde tomó parte en el espacio “Días de música contemporánea”.
Fue además, junto a Alfredo Aracil, Tomás Garrido y Pablo Riviere, uno de los integrantes del Grupo Glosa, especializado en la interpretación de música gráfica.
Academias
En 1982 fue nombrado Académico correspondiente de la Academia de Bellas Artes de Granada.
Reconocimientos honoríficos
En 1994 se le concedió el Premio Andalucía de Música y dos años más tarde se celebró un concierto homenaje en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.
Autor: Feliciano Robles
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