martes, 4 de agosto de 2020

EMILIO DE LA CRUZ AGUILAR

    Emilio de la Cruz Aguilar, Doctor en Derecho, periodista, historiador y profesor universitario. Nació en Orcera-Sierra de Segura (Jaén), en 1936. Pertenece Emilio de la Cruz Aguilar a la generación de la posguerra civil española, y comparte con sus integrantes, artistas o escritores, historiadores o juristas, esa formación autárquica y ese aprendizaje disciplinado, agradecido a cualquier migaja del saber que pudiese ser tomada, para calmar un hambre intelectual inextinguible.

Se trata de una persona, para muchos desconocida, que siempre puso el acento, tanto como investigador o como articulista, en la divulgación de la vida, vicisitudes y postergación de la tierra que le vio nacer entre los montes y pinares del noroeste jiennense.

Entre las actividades para-académicas de la vida universitaria, que siempre han formado parte consustancial, y tradicional, de ella, estudiadas por el Profesor De la Cruz Aguilar en su “Lecciones”, se hallan el teatro, la música ceremonial, la poesía y la música estudiantil.

    Familia. Fueron sus padres don Wenceslao de la Cruz de los Ríos, natural de Orcera, y doña María Aguilar Garrido, nacida en Siles. Apenas había cumplido el año de edad, cuando, con sus dos hermanos mayores, Antonio y Maruja, que contaban, tan solo, entre unos dos y cuatro años más, quedó huérfano de padre, vilmente asesinado en abril de 1937, como consecuencia de la barbarie desatada, apenas tres meses después de nacer Emilio, con la Guerra Civil española.

    Formación. Pasó la niñez en su pueblo natal. Fueron los tiempos de aprender los secretos de la naturaleza, los árboles y los bosques, las plantas y las flores, los ríos y los caminos, las fuentes y los animales; y de que se suscitase su afición, irrenunciable e irremplazable, a las máquinas, los mecanismos, las herramientas, los resortes y los utensilios de los más dispares oficios artesanos: impresores, molineros, herreros, serradores, arrieros, carreteros, carpinteros, curtidores, zapateros, orfebres, labradores, cazadores, ganaderos..., Luego estudió el bachillerato en el Colegio Chamberi (Marista).

Estudió la carrera de abogado en la Universidad Complutense de Madrid, y se graduó Doctor, su tesis obtuvo la calificación de Sobresaliente cum laude. La tesis fue, leída y defendida, en la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid, en 1977, con el título”El régimen jurídico de los Montes de Segura (siglos XIII-XIX)”. Una tesis que, luego fue reelaborada y ampliada con amorosa morosidad, por constituir su opus magnum, que se publicó em1994, bajo un título más atractivo y polémico: “La destrucción de los montes. Claves histórico-jurídicas”. En realidad, se trata de una Historia global del Derecho de Montes en España. Además es licenciado en Periodismo y realizó estudios en Filosofía y Letras y en el Instituto de Estudios Islámicos.

    Docencia. Ha sido profesor titular de Historia del Derecho en la Universidad Complutense de Madrid y llegó a ser Vicedecano de la Facultad. En mayo de 2006, pronunció el doctor Emilio de la Cruz Aguilar su última lección ordinaria de curso, y, al mismo tiempo, extraordinaria como toda jubilar,

    Historiador- Estos han sido sus grandes temas de investigación, históricos y jurídicos. El régimen jurídico municipal, en general; y, en particular, el de la villa giennense de Segura de la Sierra y su tierra. La Historia de las Universidades en general; y, en especial, la de la Facultad de Derecho Complutense, y su Tuna. El Derecho medieval, en general; y, en concreto, las Partidas de Alfonso X el Sabio.

    Periodismo. Desde 1968, Emilio de la Cruz, “Aemilius”, que es el principal de sus seudónimos, o heterónimos que utilizó , como era licenciado también en Periodismo, trabajó en el diario madrileño Pueblo, el más influyente y crítico del tardofranquismo, como redactor de su Tercera Página, de opinión y de crítica literaria y teatral.

Luego, colaboraría en muchas revistas y periódicos, cultivando la creación literaria humorística, utilizando diversos registros idiomáticos, desde el latín (como el Circus Ibericus de Titus Livius Aemilianus), el castellano antiguo, las variantes dialectales del habla de la Sierra de Segura, y diversas jergas o lenguajes de germanía, particularmente, con gran éxito, el argot bautizado como macarra o cheli (Las cassettes de Mac Macarra): en las revistas Hermano Lobo, Sábado Gráfico o La Codorniz (en su segunda época); y en los periódicos Diario 16 o el diario Jaén (con su sección de Cancamusas Serranas, dentro de la página Río Madera Abajo).

La más prestigiada de estas publicaciones, que ha sido reeditada, y objeto de múltiples homenajes como referente cultural de toda una época, por su lucha contra la censura franquista, es, sin duda, Hermano Lobo.

    Publicaciones. La obra de Emilio de la Cruz es variada y dispersa, supera la docena de libros, pero, elaborada humilde y silenciosamente a lo largo de su vida, fecunda en decires y cantares, presenta una característica singular: ha sido poco conocido, reconocido y valorado, por ella, Entre sus libros destacan: la Historia de las Universidades, el Derecho Municipal, las Partidas, el régimen iushistórico de la villa jiennense de Segura de la Sierra y su Tierra.

Ha sido miembro y cronista de la Tuna de la Facultad de Derecho. Emilio ha sido Maestre y Canciller de la Tuna de la Facultad de Derecho de la Complutense. Elaboró unas Ordenanzas para su Tuna, en el curso académico de 1964-1965, que son las que actualmente siguen rigiendo en muchas otras Tunas españolas e hispanoamericanas,

      Reconocimientos honoríficos

  • Fue distinguido como popular de Pueblo, en humor en 1974 y como articulista en 1979.

  • En 1990 fue nombrado por acuerdo unánime de la corporación municipal, Hijo Predilecto de Orcera. Su impronta como profesor e investigador y su legado como intelectual y humanista comprometido es enorme y merece el reconocimiento de su tierra, de sus discípulos, de sus colegas y los tunos que le admiran y respetan.

  • Ha sido condecorado con la Cruz distinguida de la Orden de San Raimundo de Peñafort, y con la encomienda de la Orden de Alfonso X el Sabio.

Autor. Feliciano Robles

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